jueves, 10 de junio de 2010

Breve reseña histórica, por Felipe Pigna

Corría el año 2006. El gobierno argentino cancelaba en forma total y anticipada la deuda con el Fondo Monetario Internacional; Santaolalla ganaba el Oscar por la música de Secreto en la montaña; Evangelina Carrozo sorprendía al mundo apareciendo semidesnuda en la Cumbre Mundial de Jefes de Estado en Viena en protesta contra Botnia; el país quedaba conmocionado con el crimen de Nora Dalmasso y la desaparición de Julio López. En el plano internacional, la socialista Michele Bachelet asumía como la primera presidenta en la historia de Chile, y Lula era reelegido. Nuestra obra social, por su parte, comenzaba a estabilizarse luego de años de crisis y se vislumbraba la salida de la convocatoria de acreedores. Quizá ninguno de estos hechos sea recordado; quizá apenas podamos rescatarlos de entre la bruma de la memoria. Y es que el año 2006 quedó marcado por un hito: la aparición del Osprode, el primer juego de azar institucional. Cómo olvidar aquellas boletas que hicimos a escondidas del jefe, a la hora del mate, o incluso a contraturno. Cómo dejar de recordar el intercambio entre compañeros, las gastadas, las discusiones y las salidas del pozo que salvaron el mes de más de uno. 

El Osprode es hoy una leyenda, un antes y después no sólo en la historia de Osplad, sino en la historia del escolazo. La leyenda cuenta que fue creado por un muchacho, un tal Juan Ignacio, que aquel año ingresó como administrativo en el hoy desaparecido Departamento de Prensa y Relaciones Institucionales. No importa la veracidad de esta afirmación, lo importante es que el Osprode es de todos los compañeros de la obra social.



Gracias, Felipe!!!